Jorge Aguirre Charvet

¿Qué ocurrió pues en la OEA? ¿No es que Ecuador condenaba a Colombia por el ingreso de sus tropas a su territorio? ¿No fue como consecuencia de ello que Correa rompió relaciones diplomáticas con Colombia? ¿Por qué Ecuador declinó en la OEA condenar a Colombia?

Estas preguntas y otras más pueden hacerse tras lo ocurrido en la mañana de este miércoles en la Organización de Estados Americanos. Ecuador retiró el pedido que hizo ayer a la OEA para que Colombia sea condenada. “Esto supone un logro para el Gobierno del presidente Álvaro Uribe”, dijo inmediatamente El País de Madrid.

“Colombia no recibió sanción de la OEA” dijo el Tiempo de Bogotá y El País de Madrid acotó “OEA rebaja la tensión diplomática entre Colombia y Ecuador”, en tanto que El Nacional de Caracas sostuvo que “Ecuador y Colombia llegaron a un consenso. sobre la resolución del conflicto” y El Espectador dijo: “OEA no condenó a Colombia”.

“La resolución de la OEA no era para condenar, era para reivindicar el principio de soberanía e integridad territorial de los países y los principios legales de la carta de la OEA, dijo a El Mundo de Madrid una fuente ecuatoriana no identificada, cercana a las negociaciones en Washington.

Entonces si ya todo está terminado, mañana mismo puede volver a Quito el embajador colombiano y reestablecerse los lazos de amistad entre ambos gobiernos, ya que los existentes entre los pueblos ecuatoriano y colombiano nunca pueden desaparecer sino mantenerse como ha ocurrido a lo largo de toda la historia binacional.

En las últimas cuatro décadas raros han sido los incidentes de ese tipo. En 1970 Honduras y El Salvador rompieron relaciones diplomáticas, en 1978 Bolivia lo hizo con Chile y en 2004 Cuba rompió con Panamá. En 1995, cuando la guerra entre Ecuador y Perú, las relaciones diplomáticas no se vieron alteradas.

Considero que todo fue una tempestad en un vaso de agua. Que hubo violación territorial, nadie lo niega. Colombia lo admitió desde un primer momento y pidió excusas por ello. Correa se dio por satisfecho con las explicaciones y las excusas, pero luego montó en cólera y lanzó sapos y culebras contra Colombia y su Presidente. ¿Habrá alguien influido en él?

El martes, tras reunirse en Lima con el Presidente Alan García, Correa declaró: “esperamos que la OEA sancione la agresión colombiana al haber violentado el principio de soberanía de un país hermano y que siente un precedente”. La OEA no sancionó a Colombia y, ahora, ¿en qué queda la declaración presidencial?

Un despacho de la agencia EFE fechado en Quito el martes, dijo que Ecuador pidió la formación de una fuerza multinacional de paz para que cuide la frontera con Colombia, ya que ese país no ejerce la vigilancia que le corresponde. ¿En qué quedó tan "brillante" idea de uno de los funcionarios ecuatorianos mencionados en el intercambio de mensajes del jefe guerrillero muerto el sábado?

¿Y en qué quedan los contactos realizados por el Ministro ecuatoriano Gustavo Larrea con el líder guerrillero muerto, para ofrecerle garantías en su accionar y reconocimiento como parte en litigio? Los alegatos de que tramitaba la liberación de un grupo de rehenes, incluida Ingrid Betancourt, nadie los cree.

El Ministro de Defensa de Venezuela, general Gustavo Rangel, dijo hoy en su sede del Fuerte Tiuna: “el proceso de liberación de los rehenes (en manos de las FARC), se lo venia conduciendo desde Caracas. El Presidente de Francia, Nicolás Sarkosy, nunca ha mencionado a Larrea o a Correa como sus interlocutores válidos.

¿Qué hacemos? ¿Volteamos la página y nos olvidamos del problema? Como dijo Correa en Brasil, “de haber habido un muerto ecuatoriano en el ataque colombiano del sábado, habría habido guerra”. Lo que ocurrió fue una intromisión armada a nuestra soberanía. Poca cosa. Podemos seguir con las cosas que nos tenía ocupados.

A apenas cuatro días de la “operación fénix” que mató al segundo al mando de la guerrilla colombiana, el diario El Nacional de Venezuela reveló hoy que el “chivatazo” provino de organismos de inteligencia y militares de Ecuador. Otra publicación de Caracas dijo que una indiscreción de Hugo Chávez permitió detectar a Raúl Reyes.
Sea cual sea la verdad, más pronto que tarde se sabrá que ocurrió. Un informe publicado hace pocas semanas decía que la inteligencia estadounidense filtró escuchas en los teléfonos satelitales que la guerrilla colombiana compró recientemente en Miami, lo que permitió a Bogotá éxitos espectaculares en la muerte o captura de varios ilegales.
Ayer martes organismos de seguridad colombianos filtraron a la prensa grabaciones de intercambios radiales entre los distintos “frentes” de la guerrilla, en los que se evidencia preocupación por las consecuencias de la muerte de Reyes, la acometida militar colombiana que espera en cualquier momento y las continuas deserciones en sus filas.
De la lectura de los intercambios epistolares de los miembros de la guerrilla, encontrados en la computadora de Reyes y publicados por El Tiempo de Bogotá, se evidencian las dificultades que afrontan los guerrilleros, operando en lo más profundo de la selva, para informar a sus mandos y recibir disposiciones.
Los contactos por radio son fácilmente detectables, al igual que las comunicaciones utilizando la vía telefónica convencional o la celular, que implican simultáneamente el acceso al Internet. El teléfono vía satélite, un recurso de tecnología de punta, tampoco es seguro y parecería ser que la guerrilla fue una de las víctimas.

¿“Chivatazo” ecuatoriano?
Marianella Salazar, en El Nacional de Caracas, aseveró hoy que “organismos de inteligencia y funcionarios militares del Ecuador informaron confidencialmente al gobierno de Uribe sobre las posiciones y coordenadas de Raúl Reyes y su grupo guerrillero en suelo ecuatoriano.
Según la misma fuente, “la presencia de los terroristas colombianos y su exhibicionismo en sitios públicos del Ecuador había producido indignación en sectores de las Fuerzas Armadas ecuatorianas, que se negaban a brindar protección a los jefes guerrilleros como sucede en Venezuela”.

¿Chivatazo involuntario de Chávez?
Descifrado, una publicación por suscripción que circula en Venezuela, aseguró hoy que Chávez llamó directamente el viernes al teléfono satelital de Reyes y fue gracias a esa comunicación que las autoridades colombianas lograron la ubicación exacta del campamento del miembro del secretariado de las FARC.
El llamado tenía relación con la liberación de cuatro exparlamentarios colombianos. Chávez había sido advertido por el ministro del Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín, que no realizara ninguna llamada al vocero de la guerrilla antes de 72 horas, pero “el mandatario, eufórico, no respetó la orden” de su colaborador.

Infiltración
Lo cierto es que los organismos colombianos de inteligencia han logrado infiltrarse profundamente en la guerrilla, lo que explicaría los continuos golpes que le han propinado en los últimos meses, mermando sensiblemente su capacidad operativa, a lo que se suma el notable apoyo que el gobierno está recibiendo de la población.
A ello se agrega la “inteligencia” que las autoridades realizan desde el aire con aviones espía no tripulados y la que reciben, con toda seguridad, de sus aliados estadounidenses, que para el combate al narcotráfico monitorean permanentemente todo el sector noroccidental de Sudamérica, a partir de la base militar que controlan en el puerto ecuatoriano de Manta.
El establecimiento de esa base fue acordada en 1999 por el gobierno demócrata cristiano de Jamil Mahuad, que terminó siendo derrocado. El arreglo vence en 2009 y el presidente Correa no lo renovará, existiendo la posibilidad de que lo cancele prematuramente, como consecuencia de la crisis con Colombia que se desató el sábado.