Jorge Aguirre Charvet

Cada día que pasa confirma aún más mi apreciación respecto a que el supuesto plan para matar al Presidente de Ecuador, anunciado oficialmente la noche del jueves, no es sino una patraña inmunda y un burdo montaje, cuyos autores, cómplices y encubridores podrían ser, nada menos, que los Familiares y Amigos de Rafael Correa (FARC).

Los acusados

Según ahora se sabe, el principal acusado es el colombiano Óscar Jiménez Orozco, quien vivía en Caracas. Radio Caracol informó hoy que Jiménez Orozco fue invitado por el gobierno ecuatoriano para hacer supuestas labores de inteligencia contra de desmovilizados de las autodefensas (paramilitares) de Colombia.

Al diario El Espectador, Jiménez Orozco declaró que todo se trató de un “montaje”. Los otros dos colombianos son Óscar Julián Peña Hernández y Édgar González Nicolta, siendo este último, quien dio el “soplo” a las autoridades ecuatorianas a cambio de dinero. El cuarto de la partida es el ecuatoriano Santos Patricio Camacho.

Primer escenario
Del cerro El Panecillo, hasta el Palacio de Gobierno hay una distancia considerable para el supueso disparo con misil, según la versión oficial de Quito

Según la versión oficial, todo el sainete habría comenzado con una “maniobra de diversión”, lanzando un misil desde el cerro de El Panecillo, al sur de Quito, contra el Palacio de Gobierno. La simple observación permite establecer que entre el cerro y el objetivo, la línea de vista es de unos 2 kilómetros, obstaculizada por varias edificaciones

Usar una bazuca portátil es imposible, ya que la distancia es enorme. Para usar un misil se necesita un punto de lanzamiento, consistente en una plataforma especial que transporte el artilugio y desde la cual se lo dispara. La guardia municipal y privada que permanecen en el cerro habrían podido informar con anticipación lo que se preparaba.

Esta es la real situación en el Palacio de Gobierno de Quito, la ubicación del despacho presidencial y las "rutas de escape", en caso de que su ocupante principal deba salir con el "rabo entre las piernas" como ocurrió con el coronelito Lucio Gutiérrez que no murió en el intento

Segundo escenario

Siempre según la versión oficial, el misil al chocar y explotar habría asustado a toda la población que diariamente se da cita en la Plaza de la Independencia, al pie del Palacio de Gobierno. Los centenares de guardaespaldas que protegen a Correa, tras cubrirlo con el tapete de titanio que portan en forman permanente, lo habrían evacuado.

En ese momento, los complotados ubicados en la terraza del Hotel Plaza Grande, edificado en la esquina norte diagonal del Palacio de Gobierno, habrían disparado contra Correa cobijado y sus confundidos guardianes armados hasta los dientes, que en montón escaparían por la terraza superior de la sede del Ejecutivo ecuatoriano.

El canal colombiano C&M mostró una animación de cómo habría sido el “fusilamiento” de Correa, desde el hotel de cuatro pisos, sobre el Palacio de Gobierno de dos plantas. Esa animación desconoce la realidad existente, ya que el despacho presidencial se ubica en el extremo sur de la segunda planta del Palacio de Gobierno.

Y otro punto importante: de ocurrir, la evacuación del cobijado Correa no habría sido por la delantera del Palacio de Gobierno, sino por su sector posterior, ya que existe una red de callejones que permiten abandonar la sede del Ejecutivo por la calle Benalcázar, paralela a la García Moreno, sobre la que se asienta el frontis del Palacio.

Resumiendo

En pocas palabras, todo el cuento destila falsedad. Podría ser que el presidente venezolano Hugo Chávez y sus áulicos estén detrás del montaje, toda vez que el colombiano Jiménez Orozco vivía en Caracas, desde donde lo enviaron a Quito al “montaje para cobrar una recompensa” según declaró a El Espectador.

La noche del jueves los subalternos de Correa dijeron que los detenidos eran de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), un grupo casi totalmente desmovilizado, acusado de mantener nexos con los militares y con el gobierno del presidente Álvaro Uribe. ¡Clarísima la implicación que se le quiso dar al hecho!.

El general Óscar Naranjo, de la Policia de Colombia, destruyó toda la argumentación expuesta horas ante por las autoridades ecuatorianas respecto a los supuestos autores del atentado

El viernes, muy temprano, la Policía de Colombia silenció la versión oficial ecuatoriana al informar que los capturados en Quito son miembros del Frente 48 de las FARC. “Estamos frente a criminales que prestan de alguna manera su concurso en las actividades terroristas del frente 48 de las FARC”, declaró el General Oscar Naranjo.

Desmenuzando el “supuesto plan”, se evidencia su ridiculez absoluta. Para matar a Correa o a sus similares, se requiere tan solo un buen tirador, de aquellos que abundan en los bajos mundos del planeta, dotado de un arma de largo alcance con mira telescópica, que dispare, liquide al objetivo y tenga tiempo para ponerse a buen recaudo.

El 30 de mayo de 1961 fue abatido el dictador de República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo, cuando lo transportaban en un vehículo. Se rumorea que un agente inglés lo mató con un arma con mira telescópica, con único disparo que penetró por la ventolera que el sátrapa abría para ventilar el vehiculo blindado que lo transportaba.

Si alguien se propone matar a Correa, Chávez, Morales, Ortega, Bush o a cualquiera de los que se les parece, debe contar con recursos suficientes, ya que además de pagar a un hábil asesino a sueldo, deberá contratar la eliminación física inmediata del tirador y de cualquier otro testigo. Asesinatos justicieros de ese tipo no deben dejar huella alguna.