Jorge Aguirre Charvet

El periodismo tradicional, el de prensa, constituye un escenario fácil de explicitar: el periodista recolecta la información y luego, tras el proceso de impresión que implica un gran número de instancias fáciles de entender, el producto final llega a manos del lector en un conjunto de páginas de papel que igual sirven para leer como para los más variados menesteres.
Informar por radio es otro cantar, hay más rapidez e instantaneidad entre el hecho y sus públicos. Grabado el acontecimiento o emitido en vivo da inmediatamente la vuelta al mundo en soporte auditivo para cuya emisión intervienen factores técnicos relacionados con la transmisión y recepción del mensaje.
En el caso de la televisión el cantar es completamente distinto: allí se conjugan en simbiosis singular el video del hecho con el audio al que dio lugar. La magia de la pantalla chica es como si lográsemos unificar de un modo singular a radio con prensa en un soporte singular en papel sonoro o, como ya ocurre en la ficción del cine, a una sola entidad de prensa con televisión. A quien pregunte a que alude esta última afirmación le remito a la saga cinematográfica del niño-mago Harry Potter, cuyos protagonistas tienen acceso a un diario en cuyas páginas las fotografías cobran vida de repente y detallan en video la nota que recogió la versión en el papel.

Lo que se viene

No se trata de adelantar supuestos emparentados por la ficción sino de eso mismo y a quien lance la primera piedra bastará recordarle lo que hace de un siglo ocurrió con Julio Verne. Se le burlaron por hablar de supuestos viajes a las entrañas de la tierra o de remontar los aires para visitar la luna, por referirse a impensados artilugios o por proponer impensables aventuras. Lo mismo habría ocurrido si, en su época, los contemporáneos de Leonardo da Vinci, habrían tenido acceso a su voluminosa colección de cuadernos de apuntes personales que recién ahora, poco a poco, se la va descubriendo. Por un gesto amistoso del profesor italiano Francisco Ficarra he tenido acceso a un pequeño resumen del Codice Atlantico que contiene los apuntes manuscritos, en texto y gráficos, del genial florentino con un muy ilustrativo compendio de su inventiva sobre equipos o procedimientos tecnológicos, muchos de los cuales aun no se entiende que querían demostrar o hacer
El ingenio humano no tiene limites ni fronteras y día llegará en que los periódicos serán cosa del pasado -lo que por cierto permitirá que bosques y florestas se mantengan en pie- ya que cualquier mortal interesado en conocer el día a día lo único que deberá hacer será seleccionar mentalmente la información de su predilección para recibir en el circuito integrado incrustado en su cerebro todos los detalles en audio y video. Y a quien ello le parezca impensable le remito también al webcasting como se denomina la difusión con perfecta calidad técnica de contenidos de audio y video a través de la autopista de información de la web. De eso a que la comunicación se concrete mediante la triangulación emisor-satélite-público, hay un solo paso, como también es cuestión de pocos años el que sobrevenga algo que ya se avizora: que el emisor no sea el periodista o comunicador especializado sino el mismo público, ya que por causa del periodismo ciudadano como se denomina a ese nuevo fenómeno comunicacional, la triangulación podría tornarse fácilmente en público-satélite-público.

Asombrado testigo

Pero veo que me he apartado del tema que me llevó a elaborar este nuevo post para mi weblog. Tras concluir mi segundo mes de actividades en el Noticiero Nacional de Gamavisión como anchorman quería relatar la experiencia que día a día vivo y del cual soy un asombrado testigo: el mundo singular que constituye el armado y puesta en el aire a través de la televisión de un informativo de 60 minutos, el cúmulo de casos y cosas que ocurren para proporcionar a un target muy definido un resumen escueto de lo ocurrido y de lo que se espera que ocurra.
Antes de proseguir creo necesario mencionar un tema, aquel relacionado con los públicos de los noticieros madrugadores como es aquel en el que participo. Esos públicos no “ven”, en el estricto sentido de la palabra, el informativo de la televisión. Más bien lo escuchan. Es el momento de los apuros para salir a trabajar o a estudiar y el televisor prendido no es en salas y dormitorios el espía indiscreto que invade intimidades. Se lo deja prendido para escucharlo y el que así lo hace se detiene por breves espacios de tiempo ante la pantalla de cristal para ver algo que, tras oír que ocurría, decidió espectarlo porque le llamó la atención su contenido auditivo. Quizás los únicos que ven realmente televisión tan temprano en la mañana son el pequeño infante que aun no sabe hacer el zaping desde la cuna o la mascota que impertérrita no se explica que ocurre a su alrededor, aunque, la verdad, ambos pueden estar descabezando un ultimo sueñecito, por lo que causan risa las mediciones de sintonía que a esa hora realizan remotamente las oficinas especializadas de audiencia a cambio de pingues utilidades.

Asombroso trabajo

Pero nuevamente me aparté del tema. La verdad es que todo aquello que ocurre en un canal de televisión para sacar al aire el informativo de las primeras horas de la mañana es asombroso. Comienza en la noche anterior cuando en la redacción se elabora la pauta, reuniendo aquella noticias que para el día siguiente continuarán teniendo actualidad, al tiempo que el coordinador del informativo organiza las entrevistas que se tendrán que realizar en el estudio con aquellos personajes que hicieron noticia de trascendencia en la víspera o que la harán en la jornada que comienza.
Para explicar mejor desarrollo un ejemplo: la noticia más importante del día X fue el impacto de la sequía sobre el sector agrícola. En conocimiento de hecho, el coordinador consulta sus fuentes y averigua que al día siguiente el gobierno declarará el estado de emergencia para ayudar a los campesinos a enfrentar la emergencia. La decisión es fácil entonces: invitar al Ministro de Agricultura y Ganadería para que madrugue al día siguiente y haga el anuncio. El problema estriba en localizar al funcionario y luego convencerlo para que salga a la fría madrugada de Quito y visite el canal que más temprano se despierta con noticias. Cuando ello se concreta, gracias al omnisciente y omnipresente celular, el asunto estaá resuelto.

Elaboración de la pauta

Acordado el paquete de noticias que al día siguiente continuarán en el candelero y conformada la lista de invitados para entrevistas en estudio, se elabora la pauta la cual queda lista alrededor de las 21h00. Luego se elaboran los textos que las presentadoras de noticias leerán en el telepronter y se carga el sistema con todo ese material para dejarlo listo y dispuesto.
A partir de las 05h00 horas del día siguiente comienza a llegar a la planta el numeroso personal que hará posible el informativo matutino: desde personal ejecutivo y de dirección, hasta guardas y limpiezas, pasando por técnicos y camarógrafos e incluyendo a las insufribles “estrellas”, una o dos, que el televidente ve y escucha en su pantalla.
Los anchorman van a lo suyo y lo mismo el personal técnico, que siempre incluye a una o un experto en apariencia personal, que reacomoda rizos rebeldes, esconde canas prematuras o calvicies no deseadas o empastela rostros marchitos u otoñales, esforzándose simultáneamente en destacar aquellos atributos de los bellos e inteligentes especimenes femeninos que con sonrisas y guiños, por igual, leen las más tristes, aburridas o abracadabrantes noticias.
Mientras en la redaccion se imprimen las pautas y los libretos, los técnicos prueban luces, sonido y cámaras, al tiempo que se reajusta la escenografía. Los guardias reciben a los invitados, la mayor parte de veces importantes personalidades y quienes están a cargo de la limpieza dejan todo a punto para darle al televidente una sensación de agradable e impoluta pureza y orden.

En el aire

A la hora de partida el set simula ser un quirófano puesto a punto para lo que viene. Desde el control master se emiten los videos y el sonido que caracterizan al programa informativo, una voz en off resume la jornada informativa que se abre y cuando todo está listo y dispuesto la jefa de piso avisa con un gesto a la presentadora de noticias y al anchorman que se encuentran al aire y que son dueños del espacio por una hora excepto en las breves pausas en que se emiten los mensajes comerciales, lo cual es responsabilidad de un grupo de técnicos a los que ni siquiera se los conoce y que están refundidos en las entrañas de la estación entre equipos, cables, monitores, computadoras y el sordo zumbido de toda esa parafernalia tecnológica y que todo lo ven y escuchan a través de cámaras y micrófonos, incluso los incómodos sonidos estomacales que a más de un invitado perturban.
Como dije, estamos ya en el aire y entonces todo el trabajo que se preparó desde la noche anterior, comienza a desarrollarse y a emitirse. Dentro de 60 minutos todo será un vago recuerdo y comenzaremos de nuevo a preparar la próxima emisión. Esa es la resumida historia de cómo se da, en este caso, un programa en vivo en la televisión.

El equipo de trabajo

El resultado informativo que al público de la primera emisión del Noticiero Nacional distrae, es producto de un equipo cuya integración es la siguiente:
- Lolo Echeverría, vicepresidente de noticias
- Joffre Benítez, jefe de noticias
- Wilson Moposita, coordinador a cargo de la elaboración de la pauta
- Fernando Luna, elaboración de libretos
- Diego Castellanos, productor
- Patricia Calero, jefa de piso
- Gladys Espinosa, maquilladora
- Ernesto Vaca, Director de Cámaras
- Juan Carlos Torres, camarógrafo
- Marcelo Balseca, camarógrafo
- Daniel Cueva, camarógrafo
- Carlos Martínez, camarógrafo
- Alex Jácome, sonido
- Iván Zumba, iluminador
- Giovanni Murillo, telepronter
- Raúl Enríquez, VTR
- Alejandro Ayala, técnico
- Marco Arévalo, digitador de caracteres