Jorge Aguirre Charvet

Mi respuesta a la pregunta es NO y en mayúsculas. El periodista no tiene otro compromiso con la verdad que debe transmitir a sus lectores, oyentes o televidentes. Hacer lo contrario es violar su misión específica. A no ser, claro, que un entendimiento entre poderes lo silencie, lo que los convierte en cómplices.

¿Por qué estas reflexiones? En diciembre los medios británicos aceptaron silenciar el envío de un integrante de la Casa Real a la guerra “organizada” por los Estados Unidos en Afganistán y en la que están involucrados otros países que se allanan a la potencia, como es la Gran Bretaña.

¿Por qué callaron los medios británicos? Para preservar la seguridad del joven de sangre azul, en su aspiración de trocar el aburrimiento en Londres con la aventura de ir a matar bajo bandera estadounidense, en la actual guerra sin sentido en Asia en la que la mayor parte de muertos son mujeres, niños y ancianos.

Una revista femenina de Australia publicó la noticia que fue recogida por el sitio en Internet de los Estados Unidos http://www.drudgereport.com/ del periodista Matt Drudge que, entre otras noticias, revelo la afición al sexo oral del presidente Bill Clinton y, recientemente, la filiación musulmana del aspirante presidencial Barack Obama.

El aspirante a la presidencia de los Estados Unidos, Barack Obama, aparece aquí encasquetado turbante musulmán, en una fotografía que publicó www.drudgereport.com

Los medios británicos -incluida la BBC que pese a su carácter publica se ha preciado siempre de ser independiente- se allanaron al pedido de los militares de silenciar la excelente oportunidad que tenia el “principito” de matar a unos cuantos civiles y ahora tratan de tapar el desaguisado con burdas explicaciones.

Perfectamente Richard Nixon pudo haber pedido a The Washington Post que silenciase las investigaciones que hacían sus periodistas y nunca habría ocurrido el escándalo Watergate. Claro era otra época: no había Internet, la información no estaba globalizada y los ciudadanos no participaban en el proceso informativo.

Jon Williams, editor internacional de la BBC, ha dicho: "el Ministerio de Defensa se acercó a la BBC, como al resto de medios de comunicación británicos, para pedir que no se diera la información. El acuerdo fue voluntario y todos los medios se mantuvieron firme en la postura de no informar.

Pero lo singular del caso es que hubo un “pago”, perdón, una compensación. Según Williams, a cambio los medios tendrían acceso al príncipe Enrique antes, durante y después de su presencia en Afganistán. "Teníamos claro que no informaríamos al público, pero también que no engañaríamos a los ciudadanos", dijo Williams

Horrible espectáculo el que han dado los medios británicos, BBC y The Independent incluidos. Nada ni nadie debe llevar a un periodista a silenciar una información. Claro que muchas veces no depende de él. Son los empresarios los que así lo deciden y entonces no hay nada de que hablar. Pero un periodista libre no calla.