Jorge Aguirre Charvet

¿Qué está pasando con el manejo de las relaciones internacionales del Ecuador?, me pregunto tras una rápida revisión de los últimos acontecimientos. Colombia da excusas y se las rechaza. Colombia prueba contactos de la guerrilla con Correa y Ecuador las admite y a renglón seguido se rompe relaciones con Colombia.
No entiendo. Acaso no se reflexiona y se analiza antes de actuar. Por qué no esperar a que estén disponibles todas pruebas contra Ecuador y ver como se desarrollan los acontecimientos antes de resolver viajar repentinamente a Venezuela para conformar un eje Caracas-Quito contra Colombia. ¿Eje para qué? ¿Para la guerra?
Se declara en alerta a las tropas y se refuerza la frontera con Colombia, en una actitud claramente pre-bélica, cuando tal debió haber sido conducta desde el primer día de gobierno y no enviar emisarios para ofrecer a los ilegales garantías para su accionar en relación con la actuación de las fuerzas de seguridad.Colombia debe tener pruebas abundantes sobre el comportamiento del gobierno ecuatoriano, no del actual solamente, sino de otros del pasado reciente que prefirieron hacerse de la vista gorda ante la amenaza siempre creciente de que la que guerrilla escalase su presencia en nuestro territorio.
Y que no se diga que el ministro Gustavo Larrea, cuya filiación de izquierda extrema es conocida, fue solo a conversar con Raúl Reyes, para procurar la liberación de los rehenes. En el acta de la reunión se citan diferentes compromisos, como la de cambiar aquellas fuerzas militares ecuatorianas con comportamientos hostiles
El párrafo tres dice textualmente: “Están dispuestos (Ecuador) a cambiar mandos de la fuerza pública de comportamiento hostil con las comunidades y civiles de la zona, para lo cual solicitan nuestro aporte con información”. Es decir, la guerrilla colombiana informará que mandos militares de Ecuador le son hostiles para cambiarlos.
El párrafo 12 dice: “Darían (Ecuador) documentación y protección a uno nuestro (un guerrillero) para que adelante (en Ecuador) trabajo de relaciones que en su criterio debe ser discreto por riesgos de una captura o asesinato por parte de agentes de Uribe”. En otras palabras un guerrillero delincuente recibirá protección oficial en Ecuador.
Del tema de los rehenes, concretamente del caso de un ecuatoriano que estaría en manos de las FARC, se habla en el punto 12 del acta, es decir, no era el tema más importante de la reunión sino uno de tantos. Lo más importante, el punto uno, era que el ministro Larrea sea el representante oficial de Ecuador ante las FARC.
Cada uno de los 12 puntos del acta de la cita Reyes-Larrea, constituyen una auténtica apología al apoyo descarado al grupo guerrillero y eso que no se alude al otro documento, en el cual no se identifica al representante de Correa en el diálogo con las FARC. ¿Habrá sido el mismo Larrea?
Tranquilidad suprema, por favor. Si Larrea fue a ofrecer aquello a lo que no estaba autorizado hay que echarlo y asunto resuelto y no escalar la crisis hasta límites de los cuales después habrá que arrepentirse. Es que acaso se maneja las relaciones internacionales como lo hace el muchacho resabiado con sus compañeros.
El presidente de Venezuela es un peligro para la región y sería preferible mantener distancias con él, como se lo había venido haciendo en las últimas semanas. No hay que olvidar que aun no salen todas las revelaciones del escándalo del maletín con dinero venezolano que fue detectado cuando llegaba al aeropuerto de Buenos Aires.
Hay que asesorarse, pedir consejo, consultar a los entendidos. O será cierto que Correa no pide consejos a nadie, incluso en aquellos temas en los cuales es un ignorante -que deben ser muchos- y toma la primera decisión que sus glándulas o el hígado le dictan, sin reflexionar que es al país y no a él a quien representa.