Jorge Aguirre Charvet

La narcoguerrilla terrorista de Colombia, en un abracadabrante comunicado de 2.662 palabras, dijo hoy que no dejará libre unilateralmente a su principal rehen, Ingrid Betancourt, sino después que el gobierno del presidente Álvaro Uribe, al que colman de improperios, ponga también en libertad a los facinerosos que mantiene presos.

Aborta asi un esfuerzo internacional encabezado por Francia y en el que participaban además Suiza, España y otros Estados, para que recobre la libertad Betancourt, sobre cuyo estado de salud grave se ha escrito mucho en las últimas semanas. De ser ello cierto y visto el pronunciamiento de las FARC, la suerte de Betancourt está echada.

A mi entender, muerto Raúl Reyes la cúpula guerrillera es ahora bicéfala ya que el supuesto líder, Manuel “tirofijo” Marulanda, o es un vegetal o también está muerto. En efecto, el veredicto sobre la suerte de Betancourt que consta en un comunicado divulgado este jueves, lleva las firmas de Rodrigo Granda y Jesús Santrich.

Textualmente, dice: “sólo como consecuencia de un canje de prisioneros saldrán libres quienes están cautivos en nuestros campamentos. No es admisible que nos pidan más gestos de paz, cuando después de tantas muestras fehacientes de nuestra voluntad política por encontrar salidas al conflicto, se nos responde con infamias y maleficencia”.

El resto del comunicado es un cúmulo de sandeces, despropósitos y estupideces que aburre. Ha sido escrito por la fauna de teóricos comunistas y socialistas que aún malviven y está dirigido para consumo de aquellos “compañeros” que les siguen en sus lucubraciones obsoletas y que acongojados discuten el fin de su experiencia.

Francia envió a Bogotá, en la madrugada de este jueves, un avión para “transportar” a Betancourt luego de que sea liberada. Tal como van las cosas, la buena intención se va a cumplir pero lo que transportará la nave aérea será el cadáver de la colombiana aquejada, según se sabe, de hepatitis, leshmaniasis, paludismo y odio a sus captores.

Recuerdo haber leido que en Colombia hay quienes creen que Betancourt fue directamente responsable de su secuestro, ya que en febrero de 2002, en plena campaña electoral como candidata a la Presidencia de la República, visitó sin protección una zona del sur colombiano que la narcoguerrilla controlaba como “pedro en su casa”.

Con Betancourt fue secuestrada su alter ego, Clara Rojas, liberada a inicios de 2008, en una rocambolesca operación que primero dejó en libertad a Enmanuel, el niño que había nacido de la secuestrada, cuyo embarazo nadie sabe en que circunstanias se produjo, excepto la madre que ha vuelto a reencontrarse con su hijo.

Si se confirma la muerte de Betancourt hay que pensar en las consecuencias. El Presidente de Francia, Nicolás Sarkozy, dijo que los únicos responsables de ese hecho serán los narcoguerrilleros. Pero si se produce, el gran interrogante es ¿cuál será la respuesta del gobierno colombiano?

Miles de rehenes tiene las FARC en su poder, colombianos y extranjeros, y los mantienen agrupados, encadenados y en jaulas, en diferentes enclaves rodeados de infinidad de “círculos de seguridad”, que, si son atacados, transmitirán la orden de matar a los prisioneros.

Las fuerzas de seguridad, colombianas y extranjeras, saben con precisión en dónde y en qué condiciones se encuentran los secuestrados. La orden de liberarlos, pese a todo los riesgos, corresponde a Uribe. Si muere Betancourt, ¿Uribe dará esa orden? No hay que olvidar que su popularidad es alta y que en 2010 podria buscar su segunda reelección.

Han muerto Raúl Reyes, Iván Ríos y otros jefes de la guerrilla. ¿Toca ahora que mueran los secuestrados? ¿Funcionará ahora el famoso toma y daca? Estados Unidos, el principal socio estratégico de Uribe, ¿aceptará que se ponga en riesgo a sus connacionales en poder de la guerrilla? Son preguntas y preguntas cuyas respuesta se sabrán en horas o dias.