Jorge Aguirre Charvet

Uribe ordena a Correa investigar riqueza de la narcoguerrilla colombiana en Ecuador

A las pocas horas de que pidió al presidente colombiano Álvaro Uribe que “mande en Colombia, aquí vamos a mandar los ecuatorianos (y) no vamos a aguantar ningún señor con ínfulas de emperadorcito'', el presidente ecuatoriano Rafael Correa recibió tarea del mismísimo Uribe: “investigue la riqueza ilícita que las FARC tienen en Ecuador”.

Uribe enrostró así, por enésima ocasión a Correa, su desconocimiento total, cierto o fingido, del accionar de las Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia (FARC). “La guerrilla ha violado durante largo rato la soberanía de Ecuador en donde se han instalado para cometer cualquier cantidad de crímenes como el narcotráfico”, le dijo.

Y ahora, ¿qué responderá Correa? Lo más seguro es que volverá a insultar, y con fuerza, a Uribe, agravando aún más la ya crítica relación ecuatoriano-colombiana, a pocas horas de hacerse pública la grave denuncia colombiana respecto a que la guerrilla de las FARC sigue usando territorio ecuatoriano para lanzar sus proyectiles de muerte.

Y existe otro dato preocupante y posiblemente coincidente con el relacionado a la tarea que Uribe ha dado a Correa: el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) de Colombia, está investigando una pista según la cual en Ecuador, se estaría organizando un grupo guerrillero con apoyo de las FARC.

Me pregunto: ¿cuál es el mensaje escondido en la afirmación de Uribe respecto a que “es muy importante investigar lo siguiente: las FARC tienen riqueza ilícita en Ecuador como la tienen en Colombia. Es muy importante perseguir esa riqueza ilícita de las FARC”? Uribe sabe algo más para afirmar lo que afirma.

No hay que perder de vista que según el sapientísimo presidente ecuatoriano, la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), ha compartido con sus pares colombianos información valiosísima sobre lo que ocurre en Ecuador entregada -algo de Ripley- por los organismos militares de inteligencia de Ecuador.

Uribe conoce, seguramente, todo la infraestructura de descanso, aprovisionamiento, informativa, médica y de entretenimiento que las FARC tienen montada en Ecuador y, por lo visto, también financiera, seguramente, con los fondos que obtienen de los asaltos, pago de rescates por rehenes, impuesto revolucionario, diezmos, etc.

El presidente colombiano tiene un compromiso histórico: su futuro político esta comprometido por todas las denuncias que lo implican a él, su familia y los grupos que le respaldan con actos ilícitos. ¿Qué le cuesta, entonces, sacar a relucir toda la podredumbre que, evidentemente, corrompe a los hombres e instituciones de Ecuador?

Correa ha agraviado, con largueza, a Uribe. ¿Qué le cuesta, entonces, a Uribe, decir todo lo que sabe de su ofensor? Los 100.000 dólares que le habrían entregado las FARC y la protección que habría pactado a su favor, no puede ser lo único que vincula a Correa con la narcoguerrilla. Algo más hay y, sospecho, Uribe lo sabe.

Correa insiste en tratar con “guante de seda” a la narcoguerrilla, terrorista y asesina. ¿Por qué? La suspicacia innata en el periodista provoca esa y muchas otras cuestiones. ¿No será, acaso, por los compromisos que habría hecho o que aún mantendría con las FARC? Varias preguntas cuyas respuestas, a lo mejor, las tiene Uribe.