Jorge Aguirre Charvet

Los ministerios de Defensa y Relaciones Exteriores confirmaron hoy por igual que el lunes ingresó a Ecuador personal uniformado y armado desde Colombia y se marchó posteriormente llevándose consigo a tres personas, supuestamente de nacionalidad colombiana ,por presunta colaboración con la guerrilla.

Las versiones oficiales ecuatorianas identifican como sitio de la incursión a la provincia de Sucumbíos a la que el río fronterizo Putumayo separa del Departamento colombiano del mismo nombre, el mismo escenario de la incursión militar de Colombia del 1 de marzo, que destruyó el campamento de la narcoguerrilla terrorista de las FARC.

De lo que se sabe, en el Departamento colombiano de Putumayo opera la guerrilla y no los paramilitares, como se conocen en el hermano país a los grupos armados ilegales, que combaten por igual a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y al Ejercito de Liberación Nacional (ELN).

Entonces la presunción es que el 26 de mayo, fueron militares colombianos los que ingresaron a Ecuador y se llevaron consigo a tres colaboradores de las FARC. Quizás nunca se sepa lo que ocurrió allí, ya que Ecuador no tiene forma de saberlo y Colombia, con toda seguridad, no lo dirá para evitarse mayores problemas.

Por lo que ocurra, el gobierno ecuatoriano se cura en sano. El vicepresidente Lenin Moreno declaró esta mañana que "el presidente de la República lo ha manifestado: se capturará, se retendrá y se disparará si es que no se obedecen las disposiciones contra cualquier fuerza que ingrese al país, regular o irregular".

Lo único evidente es que las FARC continúan operando en nuestro país y lo seguirán haciendo dadas las condiciones imperantes, pese a que según lo ha reiterado el presidente Rafael Correa, un total de 11.000 militares y policías cuidan la frontera con Colombia, lo que representa una sangría anual de 100 millones de dólares y más.

Lo que se necesita realmente es voluntad y decisión políticas para combatir con las armas a la guerrilla. Técnicamente, los militares ecuatorianos lo pueden hacer, pero es la instancia política la que toma la última decisión, lo que no ocurre ya que en ella existen quienes piensan que a la guerrilla hay que tratarla con “guantes de seda”.

¿Por qué Ecuador no combate a la guerrilla? Nadie lo sabe, pero se presume que algo tendrían que ver los 100.000 dólares que la guerrilla dio en 2006 al Partido de Correa quien, ya como presidente, envió a un ministro a negociar con ella garantías y protección para su accionar. La policía internacional ha autentificado esos hechos.

Mientras tanto en Venezuela las FARC también están operativas, con el visto bueno encubierto del gobierno del presidente Hugo Chávez. Los medios venezolanos dijeron hoy que el último incidente al respecto determinó la renuncia del ministro de Información y hombre de confianza de Chávez, Andrés Izarra

Resulta que por orden del ministro del Interior, Ramón Rodríguez Chacín, el jefe de las FARC Rodrigo Londoño o Timochenko, usando uniforme militar venezolano, confirmó el domingo la muerte de Manuel “tirofijo” Marulanda, en un video que habría sido grabado en Venezuela, usando los recursos del ministerio de Información.

Izarra se habría opuesto a semejante procedimiento que prueba totalmente la versión respecto a que líderes de las FARC como Timochenko e Iván Márquez, “despachan” en Venezuela. Pero se impuso el criterio del ministro Rodríguez Chacín, exmilitar como Chávez, y afecto por siempre a las FARC y al ELN de Colombia.

La renuncia de Izarra rebotó y el gobierno de Chávez trata de “dorar la píldora” diciendo que lo ocurrido se relaciona con el pretendido plan de cobrar a los canales privados de televisión, el uso obligatorio de la señal emitida por los canales oficiales, versión que nadie cree por lo absurdo de una medida en ese sentido.

Y hablando de absurdos, también lo es la afirmación del padre putativo de Chávez, el alemán Hans Dieterich, autor del sofisma del “socialismo del siglo XXI”, respecto a que Washington prepara un “bloque naval” sobre Venezuela, para acabar con su gobierno de la “revolución bolivariana” o “robolución bolivariana” que ya dura una década.

“Por eso (Estados Unidos) reactivó la IV Flota, destruyeron la guerrilla en Colombia y van a aumentar las presiones militares convencionales contra Venezuela. Si eso ocurre, los generales venezolanos van a dar un golpe de Estado contra Chávez, ya que en su mayoría, no se van a inmolar en una guerra contra los ‘gringos’”, dijo Dieterich.

Es singular como algunos gobernantes de este lado del mundo y sus marionetas y corifeos, cada vez que tienen problemas denuncian a voz en cuello que están amenazados de muerte y revelan que los Estados Unidos quiere derrocarlos. Como siempre, nunca tienen una sola prueba que mostrar de sus locos desvaríos.