Jorge Aguirre Charvet

Fue descubierto el primer secreto de la guerrilla narcoterrorista de Colombia y sus secuaces: se fragua una conspiración con tintes bolivarianos y socialistas, pero intrínsicamente corrupta, que caotizará las instituciones democráticas y representativas de la región para reemplazarlas con esperpentos seudo revolucionarios y progresistas.

El ministro de Defensa de Colombia, Juan Manuel Santos, hablando en un foro en América del Norte, dio a conocer detalles de este primer “parto de los montes” descubierto en los computadores que el jefe narcoterrorista colombiano, Raúl Reyes, atesoraba en el campamento que había construido en la selva amazónica de Ecuador.

Todo se conocerá el 15 de mayo, cuando la policía internacional, INTERPOL, certifique la validez de la información encontrada en manos de la narcoguerrilla, lo que podría coincidir con graves revelaciones sobre el tráfico de dinero venezolano hacia distintos países de la región y a cuentas cifradas radicadas en Suiza.

Así, estaría al conocerse la conspiración que -aunque Santos no lo dijo- implicaría a los gobiernos de Cuba, Nicaragua, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Argentina. Venezuela “correría con los gastos”, en tanto que, absolutamente desmarcados, aparecen, por un lado los gobiernos de Brasil, Chile y Uruguay y, por otro, los de Colombia y Perú.

En tanto, todos los días se informa en Caracas y otras ciudades de ese país, sobre la depauperada situación de los venezolanos más pobres, junto a casos horribles de corrupción e enriquecimiento, que implican incluso a los más cercanos familiares del presidente Hugo Chávez, pago de sobornos, investigaciones sobre cuentas cifradas, etc.

Es que la caja fiscal venezolana rebosa por la venta de un petróleo que se paga en el mercado por sobre los 120 dólares el barril. Se importan con sobreprecio volúmenes enormes de alimentos y los militares, obesos y ahítos, no reaccionan pese a que el ministro de Defensa, un general de iguales características, los llamó burros y cobardes.

En Estados Unidos avanza una investigación judicial, de la que pronto se sabrá, sobre envíos encubiertos de dinero por parte del gobierno de Chávez, hacia distintos destinatarios de la región y de fuera de ella, incluidos bancos suizos, en cuentas cifradas de C,E; R,R; V.L; V.L; S.H; S.B; M.K; Ch.A; I..A; M.M; A.A; I.R y T.P, entre otros.

Pero lo inquietante es lo dicho por el ministro colombiano Santos ante el Consejo de las Américas: “vengo acá hoy con un mensaje esperanzador, pero también con una palabra de advertencia acerca de un espectro que se cierne sobre las Américas y que amenaza la estabilidad de nuestras democracias“, dijo según un reporte de la agencia AP.

Santos no habría citado a ningún país o líder latinoamericano por sus nombres, pero si precisó que ese “espectro” es de corte “neopopulista” y “pseudosocialista” que tiene una corriente anti-estadounidense, atropella los derechos, explota los procesos democráticos, no respeta la propiedad privada y, a largo plazo, condena a los pueblos a la pobreza.

El objetivo es destruir la democracia y “si permitimos que tenga éxito, nos hará retroceder décadas”, dijo Santos, para afirmar luego que el “espectro se mueve muy bien dentro de la llamada coordinadora bolivariana” que apoya a grupos guerrilleros en la región con “diferentes tentáculos, con plata, con información, con inteligencia“.

Sin dar detalles Santos precisó que toda la información está en las computadoras incautadas en la incursión militar colombiana del 1 de marzo, contra el campo narcoterrorista ubicado en Ecuador, en la que murió Raúl Reyes, secuaz mayor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Quien no entienda el mensaje transmitido por Santos es igual de “burro” que los militares venezolanos institucionalistas, según les espetó recientemente el ministro de Defensa, general Gustavo Rangel. Para el folklórico gorila llanero, el uniformado que no apoya la revolución de Chávez, además de burro, es cobarde.