Jorge Aguirre Charvet

La desesperación es peligrosa y mala consejera y, en la mayor parte de ocasiones, provoca mayores males que aquellos en los que se originó y, si alguien lo discute, que le pregunte al escorpión que acosado por el fuego termina clavándose el aguijón en la cabeza y muere consumido por su propio veneno.

Con un pretendido liderazgo regional que no cuaja y que se le cae a pedazos, acosado por una enormidad de problemas internos y unas elecciones regionales en noviembre que se prevé las perderá, el presidente venezolano Hugo Chávez está desesperado y todo permite pensar que está actuando en concordancia.

El temor que existe es que por el mismo camino se encamine el presidente ecuatoriano Rafael Correa y que tras 18 meses de predicar odio ahora “pase a la acción”, desesperado como se encuentra ante la posibilidad de perder el referéndum de septiembre en el que ambiciona conseguir carta blanca para perpetuarse en el poder.

Pero el ejemplo sintomático de desesperación es el de Chávez. El último fin de semana marcó el fin de su proyecto de aislar políticamente al presidente colombiano Álvaro Uribe y a su gobierno que enfrentan con firmeza a los socios y amigos de Chávez y Correa, las narcoterroristas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El domingo el presidente de la primera potencia de la región, Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil y el peruano Alan García que encabeza una exitosa recuperación económica, celebraron con Uribe el Día de Colombia con un desfile militar, precisamente, en la selva que los tres países comparten y en las que las FARC desarrollan su loca aventura.

“Brasil mantiene su amistad especial con Caracas pero no está dispuesto a seguir jugando a los caprichos del presidente venezolano quien buscaba deslegitimar a Uribe, mediante la creación de un grupo internacional que mediara entre las FARC y el legítimo gobierno colombiano”, dijo en El Nuevo País de Venezuela, Edgar Otálvora.

Recordó que Chávez trato de frustrar el encuentro Lula-Uribe-García con una “cumbre amazónica” involucrando al brasileño, a Evo Morales de Bolivia y a Correa, pero fracasó en el intento porque Brasilia lo desestimó. Entonces se sumó a un encuentro, el viernes, entre Lula y Morales, temeroso de perder el influjo que tiene sobre el boliviano.

Es que Chávez no da una. Entre sus múltiples fracasos está el proyecto del denominado “Gasoducto del Sur” -un aro energético para Sudamérica- y ahora sin apoyo alguno intenta llevar adelante otro para construir un tren que circunde el subcontinente y una carretera que cruce la Amazonía desde Bolivia hasta la frontera con Venezuela.

En opinión de Teodoro Petkoff, el famoso dirigente y guerrillero comunista venezolano de la década de 1960, “se nota que a Chávez se le está secando el cerebro” y en sus más recientes intervenciones “reincide en el lenguaje de odio: provocador, excluyente y polarizado”. Es que los venezolanos están hartos de una década de soportar a Chávez.

Así que llanero corrupto y su gobierno están desesperados y la más reciente acción ocurrió en la madrugada de este lunes con un frustrado atentado que cometieron en Caracas en contra del general retirado Raúl Baduel, el militar que luego de ser el principal soporte del sátrapa venezolano, se “pasó” a la oposición y ahora lo combate.

Horas después un equipo del programa “A puerta cerrada” de Radio Caracas Televisión (RCTV), en su señal que el gobierno no ha podido controlar, fue amedrentado con disparos cuando efectuaba su trabajo periodístico en la comunidad de Cúa, por una pareja de partidarios de Chávez montados en una motocicleta,

Chávez y su entorno están perdiendo la cabeza y llegan al extremo de atentar contra sus propios compatriotas aunque, en ello, ya tienen experiencia. En 2006, en Caracas, un policía en motocicleta acribilló al fotoperiodista Jorge Aguirre quien, con el último hálito de vida, logró fotografiar a su asesino que ahora está encarcelado.

Hoy Chávez postergó brevemente un viaje a Rusia y Bielorrusia para comprar armas y, si no aparecen más problemas, irá luego a Portugal y España buscando fotografiarse con el Rey de España que en noviembre, en Chile, le espetó el ya histórico “¿por qué no te callas?”, que marcó su derrota en el referéndum de diciembre con el que buscaba perpetuarse.