Jorge Aguirre Charvet

Una oportuna composición fotográfica del exdictador de Uganda, Idi Amin Dadá y el presidente venezolano Hugo Chávez Frías, vinculados por un experimentado analista de la prensa de Caracas. Chávez acaba de dictar un conjunto de leyes, una de las cuales lo trastocó de “teniente coronel” en retiro a “generalísimo” en funciones, por lo que será entorchado con cuatro soles, estrellas o calaveras

El macaco venezolano más conocido como el “nepote de sabaneta” fue hoy comparado con el tristemente célebre dictador de Uganda, Idi Amin Dadá, al que llamaban “el carnicero de Kampala” que, pese a ser el responsable del genocidio de medio millón de personas, murió de viejo y en la cama en su refugio de Arabia Saudita en 2003.

El símil fue realizado por Manuel Malaver, en El Mundo de Venezuela, en un análisis en que destacó lo que llamó “la cobardía y complicidad de un grupo de países del continente y de Europa que no han tenido el coraje para ceder a los chantajes del dictador tercermundista”, en alusión al “generalísimo de cuatro estrellas” Hugo Chávez.

Pero Malaver no aludió al conjunto de prosimios de la región que sobreviven bajo la protección del llanero, siguen sus recetas bolivarianas y socialistas del siglo XXI y medran de su abundante chequera petrolera -posiblemente- hurtando para su peculio una buena tajada de los dólares que en realidad pertenecen al pueblo pobre de Venezuela.

Hace una semana el ejecutivo venezolano estatizó un banco capitalizado por españoles y dictó leyes amparado en facultades legislativas que le habían sido graciosamente otorgadas, poniendo en vigencia lo que el pueblo venezolano negó en el referéndum del 2 diciembre, incluyendo el veto a su aspiración para perpetuarse en el poder.

Simultáneamente el Tribunal Supremo de Justicia que le está sometido, declaró valida una decisión del tribunal de cuentas que inhabilito a un grupo de candidatos, opositores al gobierno, para las elecciones de autoridades locales de noviembre, en las que existe una fuerte percepción de que los candidatos oficialistas serán derrotados

En opinión de Marianella Salazar, columnista de El Nacional de Caracas, todo obedece a una estrategia gubernamental para postergar los comicios. “Tenemos que darle un ´parao´ a la pretensión dictatorial de Chávez al tratar de imponer su socialismo trasnochado, al que le dijimos NO, el pasado 2 de diciembre”, escribió.

Desgraciadamente la oposición venezolana no funciona o está desorganizada, igual que ocurre en otros de nuestros países. Como acotó Salazar, “la clase política no se da cuenta de que Chávez acaba de dar un golpe de Estado con el visto bueno del Tribunal Supremo de Justicia y no le conviene que se alborote más el avispero”.

Mientras tanto, desde Argentina hasta Nicaragua, pasando por Bolivia y Ecuador, en donde se siguen las recetas o se medra del venezolano, las cosas no van tan bien. Es que experimentar en la conducción de pueblos y países nunca da buenos resultados y peor si quienes lo hacen son un grupo de improvisados amargados e incluso delincuentes.

En Argentina doña Cristina Fernández de Kirchner fue derrotada por la gente del campo con el voto de su propio vicepresidente, Julio Cobos, integrante del recordado partido Unión Cívica Radical del cual fue expulsado, precisamente, por aceptar el segundo puesto en la papeleta para las elecciones presidenciales de 2007.

En Bolivia el cocalero Evo Morales afronta problemas, a pocos días de un referéndum revocatorio ilegalmente convocado. El martes los disturbios antigubernamentales, llevaron a la cancelación de una visita oficial a Bolivia de Kirchner y Chávez, este último, rechazado también por muchos bolivianos inconformes con su proteccionismo.

En Ecuador el gobierno litiga con los católicos que rechazan un proyecto de nueva Constitución oficialista, por estatista, abortiva y favorable al matrimonio homosexual. El presidente Rafael Correa, que se dice católico, teme perder el referéndum constitucional de septiembre, que anularía su proyecto político, reelección incluida.

En Nicaragua, por fin, existe inquietud popular por la pésima gestión del presidente Daniel Ortega, contra quien ha cobrado plena vigencia, incluso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, una acusación por violación reiterada presentada en su contra por su hijastra Zoilamérica Narváez.

Y así van las cosas y los pueblos de esos países, despreocupados y contentos por medidas asistencialistas, no reaccionan ante las barbaridades que se comenten a diario. ¿Es que acaso funciona una especie de castramiento cívico? Los ecuatorianos hemos dado muestras que no. En los últimos años, a quienes se burlaron, los derrocamos.