Jorge Aguirre Charvet

El inmundo -por lo asquerosamente corrupto y corruptor- gobernante venezolano, Hugo Chávez Frías, “mató” el jueves al mensajero que se “atrevió” a divulgar pésimas noticias sobre su administración y, como no podía ser de otra manera, el “tiro le salió por la culata”: la triste realidad que vive Venezuela volvió a ser noticia mundial.

En su estulticia el dictócrata creyó que expulsando de Venezuela a dos miembros de la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW) acallaría su informe de 273 páginas denominado “Una década de Chávez, intolerancia política y oportunidades perdidas para el progreso de los derechos humanos en Venezuela”.

Craso error. El documento que está disponible gratuitamente en la web cuenta detalladamente cómo Venezuela ha retrocedido en 10 años, pese a ser depositaria de una enorme riqueza, la petrolera, que por largo tiempo le ha proporcionado enormes riquezas, que Chávez y su entorno han dilapidado o se han robado.

Todo muestra que Chávez está loco, absolutamente desquiciado. La realidad actual le tiene cercado, el mundo entero está enterado que encabeza una administración corrupta y corrompida y su mejor reacción es la del elefante en la tienda de cristales: arrasa con todo, cometiendo un dislate tras otro. Lo de la HRW ha sido su última torpeza.

¿Y por qué de su locura? Muy simple: el caso del maletín viajero, que día a día revela sus secretos en el juicio que se ventila en los Estados Unidos. Hace casi un año fueron descubiertos en el aeropuerto de Buenos Aires 800.000 dólares encubiertos en manos de un ciudadano estadounidense y ahora el escándalo muestra sus reales aristas.

El dinero iba destinado a la entonces candidata a la presidencia de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, cuyo gobierno, ahora, se empeña en acallar el tema, cuando es más evidente que se debe, de cuerpo y alma, al fantoche venezolano, cuyos envíos de dinero habrían superado, en realidad, los 3 millones de dólares.

Así, Chávez y sus secuaces están embarrados hasta la testa el caso del maletín y el único arbitrio al que echan mano es tratar de desviar la atención con las más ridículas acciones, implicando en ello, incluso, a sus fraternos socios, los presidentes de Nicaragua, Daniel Ortega, de Bolivia, Evo Morales y de Ecuador, Rafael Correa.

Así el corrupto y corruptor se empareja con el violador, el ignorante cocainómano y el atroz destinatario de la donación de 200.000 dólares proveniente de las arcas repletas de dinero producto de asaltos bancarios, asesinatos, robos, pago de rescate de rehenes, etc., de las narcoterroristas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Los cinco y otros especimenes como los “líderes” de Libia, Corea del Norte, Irán y Cuba, por citar solo unos pocos, son la hez de la humanidad. Con artilugios y mentiras se han entronizado y se mantienen, pero como la fruta podrida terminarán por caer, agusanados y malolientes, para ser arrastrados al basurero de la historia.

El caso de Chávez es único. Expulsa del país a dos extranjeros líderes de la HRW por decir que en Venezuela los derechos humanos son pisoteados, pero no se atreve a tomar acciones contra los venezolanos que lo aluden con los peores epítetos y que se burlan de él, su familia ahíta y toda la pléyade de gente que le apoya porque la mantiene.

El artículo del jueves del venezolano Antonio Sánchez García, muestra lo que de Chávez piensan sus connacionales, al sostener que el chavismo es la versión moderna y venezolana de Alí Baba y sus cuarenta truhanes que se enriquecen con pleno consentimiento del líder para quien la corrupción es inmanente a su sistema de dominio.

Según Sánchez, jamás “estuvo el país en manos más criminales que las de la mafia cuartelera y militarista que en 1998 y tras un sistemático asalto al Poder por medio golpistas y electorales se apropió del gobierno, usurpó todas las instituciones y las puso al servicio del enriquecimiento ilícito, las violaciones a todos los derechos constitucionales y la destrucción sistemática de nuestras tradiciones democráticas”.

¿Y hasta cuándo esperarán los venezolanos que esto dure?. Chávez ha afrontado ya cien y una crisis y de todas se recupera. Una tras otra lo han minado y podría estar boqueando. Por dignidad los venezolanos están en la obligación de poner fin a este estado de cosas que los avergüenza mundialmente y los empobrece cada vez más.