Jorge Aguirre Charvet

Los guerrilleros Raúl Reyes, muerto el 1 de marzo de 2008 y sus jefe de seguridad, Edgar Tovar, muerto el 20 de enero de 2010. ¿Acaso ambos no habrán muerto en territorio ecuatoriano?


Pletórico de autoconfianza el ministro ecuatoriano de Defensa ha dicho que Colombia nunca más sorprenderá a Ecuador con otro ataque militar como el del 1 de marzo de 2008 cuando bombardearon, en territorio ecuatoriano, un campamento de la narcoguerrilla de las FARC y murió el número dos de esa banda delictiva, Raúl Reyes.

El “mugroso” como conocen en cierto círculos a Javier Ponce Cevallos, debería tener cuidado con lo que afirma, porque a la vuelta del camino puede quedar en ridículo. Ahora aparece que el último golpe militar colombiano contra las FARC tuvo como escenario un punto de frontera muy, muy cercano a territorio ecuatoriano.

Según ahora se sabe, el ataque contra el campamento del narcoguerrillero Edgar Tovar fue postergado en varias ocasiones para evitar incursionar nuevamente en territorio ecuatoriano. Solamente se lo ejecutó cuando los aviones que bombardearon el punto tuvieron seguro un “corredor aéreo” sobre Colombia, que no sobrevolaba Ecuador.

Pero es que en la selva umbrosa todo puede ocurrir. Allí no hay líneas, ni mojones, ni puestos fronterizos. Si se investiga un poco a lo mejor resulta que el ataque colombiano contra Tovar, del 20 de enero último, ocurrió en territorio de Ecuador aunque Ponce en voz en cuello inflamado proclame: “no nos volverán a sorprender”.

Como se recordará, Reyes fue muerte en el campamento que había levantado en territorio de Ecuador –según algunos creen- con pleno conocimiento de algunos dirigentes del gobierno de Quito. Tovar era el jefe de seguridad de Reyes y resultó indemne de la incursión por un golpe de suerte que lo puso a buen recaudo. ¿Cierto?

El diario El Tiempo de Bogotá contó este domingo que según la computadora que se le encontró a Reyes, “el guerrillero Tovar le aportaba 2 millones de dólares al secretariado, mensualmente, todo producto del narcotráfico. Eso sin contar la red de inteligencia que montó a lo largo de la frontera con Ecuador”.

El matutino colombiano precisó que Tovar que se había convertido en jefe del Frente 48 de las FARC, en la frontera con Ecuador, cuidaba en gran forma su seguridad, muy poco se comunicaba con sus cómplices y no permanecía más de ocho días en cada uno de los once campamentos que tenía.

El relato prosigue: “la dificultad más grande era el tema del bombardeo: los campamentos estaban ubicados en curvas de la frontera (con Ecuador) que los aviones Supertucano no podrían sobrevolar sin 'pisar', de alguna manera por maniobra, al menos 20 metros el espacio aéreo de Ecuador.

“Sin embargo, solo una de las construcciones, el de Las Lomas (San Miguel), estaba en una especie de recta, que no comprometía el sobrevuelo de los aviones”. Pues fue allí donde los uniformados colombianos cazaron a Tovar en la madrugada del 20 de enero, tras recibir el aviso de un infiltrado con el que contaban en el grupo guerrillero.

El cadáver del guerrillero fue recién descubierto el 26 de enero, “en avanzado estado de descomposición” y se requirieron pruebas de ADN para determinar su exacta identidad. El relato en exclusiva publicado por El Tiempo aclara perfectamente cómo y cuándo murió Tovar. Lo que no está completamente claro es el dónde.

Ponce, que de “paloma” se convirtió en “halcón”, dijo a El Universo de Guayaquil que "primero, (los colombianos) no podrán volver a sorprendernos y, en segundo lugar, ya saben con lo que se encuentran: la firmeza del país". Dijo también confiar que Colombia no volverá a incursionar como lo hizo el del 1 de marzo de 2008.

Lo lamentable es que el ministro ecuatoriano, aunque insistió que fue Colombia la que penetró en territorio ecuatoriano hace dos años, volvió con la cantinela de que un tercer país -Estados Unidos según la versión oficial- también actuó en el bombardeo contra el campamento de Reyes.

Y esto porque siguen insistiendo en que quieren que se les entreguen las películas y los videos que se captaron durante la operación para, con la “alta tecnología” que manejan, descubrir que los gringos bombardearon el campamento de Reyes, cuyos documentos, diarios, computadores -discos duros incluidos- también quieren recibir.

En verdad reclaman esa documentación para -si logran desentrañarla- descartar que contenga cualquier huella del vínculo que han mantenido con la guerrilla. Así, si el próximo presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, saca a la luz “nuevos esqueletos descubiertos en el closet”, descalificarlos como falsos, forjados e inventados.

Las autoridades del gobierno de Quito tienen un enorme “rabo de paja”. Desgraciadamente en el país no hay quien lo investigue y descubra. En el exterior se ha publicado buen número de informes al respecto. Antes de seguir desbarrando lo que deberían hacer es gobernar de una vez por todas y dejarse de demagogia barata.